Álvaro Prieto, el marinero más veloz

El pasado fin de semana se celebró en Beade la novena edición de la Carreira da Cereixa. Esta prueba, enmarcada en el circuito de carreras populares RunRunVigo, coronó como ganador a Álvaro Prieto Fervenza (Cangas do Morrazo, 1980). El atleta cangués ganó la prueba pulverizando los 10 kilómetros en un tiempo de de 32 minutos y 33 segundos. Veloz como él solo, se mueve igual de ágil por el puerto deportivo del Náutico Rodeira desde hace ya más de un año.

 

Sus inicios en el deporte fueron como la de la mayoría de chavales: dándole patadas a un balón de fútbol en el Alondras. Se cruzó en su camino el atletismo y, aunque intentó compaginar las dos modalidades deportivas, con 20 años se decantó por las pruebas de velocidad. El deporte estaba llamado a formar parte de su vida, formado en TAFAD, se vinculó al Club de Atletismo Vila de Cangas y en los entrenamientos con los más jóvenes se empezaron a ver su cualidades atléticas.

 

Poco a poco la cosa se fue poniendo seria y Álvaro Prieto estuvo durante 4 años compitiendo por el Playas de Jandía (Escuela de Atletismo de Morro Jable, Fuerteventura). Una buena experiencia en División de Honor, disfrutando del atletismo desde otro prisma, y recorriendo España para representar al club en las ligas, concretamente en la prueba de 3000 obstáculos. Este proyecto llegó a su fin y Prieto empezó a ponerse la vestimenta del Club Atletismo Narón, entidad con la que ha mantenido una relación intermitente.

 

Llegó para Prieto el momento de dejar las pruebas nacionales de atletismo y un punto de inflexión. En Pontevedra nació el Miler Vintage Running Club y por allí se dejaban ver entre otros deportistas uno de los tríos más prolíficos del triatlón -Toni Serrat, Pablo Dapena y Javi Gómez Noya-. Con este club, Álvaro Prieto ya no participaba en las ligas nacionales, pero sí en los Campeonatos de España de Cross.

 

Como cuenta Prieto, “durante los dos últimos años me he vuelto a vincular al Narón, pero ya con otras pretensiones”. El atletismo también ha cambiado mucho y las condiciones y premios en las competiciones han ido a menos, aunque siguen siendo un aliciente. Aún así, el atleta cangués no pierde la ilusión y por ejemplo en un par de fines de semana se va a Madrid pelear por el ascenso a Primera División con su club.

 

Mientras tanto, en las piernas de Prieto se van intercalando las carreras populares con sus paseos laborales por el puerto deportivo de Cangas. “Ahora, por los horarios, lo tengo más complicado para entrenar con una rutina o participar en todas las pruebas que me gustaría”, lamenta el atleta. Y es que desde hace más de un año está enrolado en el Náutico Rodeira, ejerciendo funciones de marinería. Cuenta con mucha ilusión que le encanta estar “vinculado a un club deportivo” y comparte muchas charlas con los deportistas del club, donde comprueba “las diferencias que hay entre cuando yo empecé a competir y ahora y lo complicado que es en algunas modalidades”, apunta.

 

Tras pasar por diferentes trabajos (electricista, en una tienda deportiva en Pontevedra, transportista en Amazon e incluso estar embarcado…), Álvaro Prieto ahora pone su experiencia a disposición de los usuarios del puerto y de todo el mantenimiento que este puede necesitar. Le hace especial ilusión formar parte de un club al que también perteneció su sobrino Carlos Bamio Fernández, jugador de kayak polo fallecido en 2015. En su brazo un tatuaje lo recordará para siempre.

 

En las próximas semanas, y como ya es habitual para Prieto, tendrá que hacer encaje de bolillos para compaginar su actual trabajo con las siguientes competiciones. Y es que tiene varios frentes abiertos: el fin de semana del 11 y 12 de junio le espera en Madrid la fase de ascenso a Primera División con el Narón y seguir con su participación en el circuito de carreras RunRunVigo. Completada la mitad del calendario, Prieto lidera la categoría M-2.

 

Energía no le falta y tiene ganas de que llegue el verano “para ver cómo se anima el puerto”, comenta. Serán unos meses de ajetreo por los pantalanes, también por los campamentos de verano, así que a Prieto no le quedará más remedio que seguir con buen ritmo en sus piernas. Para alguien acostumbrado a correr maratones, no parece tarea complicada. De la última que acabó, en el Campeonato de España de Maratón en Tenerife, se volvió con un quinto puesto. También fue a Valencia, pero la fatiga acumulada no le dejó terminar la prueba. Ni la Costa de la Vela ni la Volta á Illa de Ons se le resisten tampoco. Para completar su palmarés, Álvaro Prieto ostenta el record gallego de 3000 obstáculos en Máster 40.

 

Entre récords, marcas y circuitos, Álvaro Prieto tiene un buen escenario para tomarle el pulso a un deporte que se ha democratizado de una manera exponencial en los últimos años. ¿Y es que quién no es “runner” hoy en día? “Yo descubrí el atletismo en un momento donde casi solo existía de manera federada”, recuerda el deportista cangués. “Lo que estoy viendo ahora mismo es que las instituciones están abandonando poco a poco a los clubes”, lamenta el atleta. La gestión de los clubes más modestos “continúa recayendo en los padres de siempre” al tiempo que “los ayuntamientos apuestan más por los eventos populares que generen ingresos y publicidad y dejan morir a los clubes de cantera y a sus instalaciones”, expone de manera clara. Prieto también cuestiona de forma directa cómo se están desvirtuando los valores del deporte: “Estamos en un punto en el que es muy fácil ver a un veterano pidiendo patrocinios para ir a una carrera popular o material deportivo, buscando likes en las redes sociales… mientras hay familias que no pueden meter a los niños en un club o niños que no pueden correr en pista por no poder pagarse unas  zapatillas de clavos”, expone. “Cuando tengamos solo niños enganchados a móviles, consolas y casas de apuestas, ya nos tiraremos de los pelos”, zanja lamentándose el atleta cangués.